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lunes, 25 de agosto de 2014

ALPES 2014: CASTOR, LYSKAMM OCCIDENTAL Y MONT BLANC

En las siguientes líneas voy a intentar acercar a todo el mundo al que le apetezca leer esta entrada, nuestra experiencia en Alpes de este año:

PREPARACIÓN

Desde el año pasado que conquistamos la cima del Cervino (4478m) nos pusimos manos a la obra para nuestro siguiente proyecto en los Alpes: Monte Rosa y Mont Blanc. Para realizar esta experiencia con garantías, durante el año todos nosotros hemos estado muy ligados al deporte de una forma u otra: corriendo, escalando y haciendo bicicleta puesto que la forma física es un aspecto importante en este tipo de actividades. Además, de forma específica hemos hecho, entre otros, los siguientes picos: Midi d'Ossau (2884m), Aneto (3404m), Balaitus (3144m), Almanzor (2592m), Llambrión (2646m), Torrecerredo (2560m) y por supuesto, repetidas veces Moncayo (2314m) y Urbión ( 2229m).
En esta ocasión la familia aumenta y nos desplazamos a Alpes: Carlos, Daniel, Sergio, Alfonso, Jose Luis, Daniel M. y Ángel. Este número de personas iba a ser mayor, pero desafortunadamente a última hora Diego no pudo acompañarnos por motivos de trabajo (lo primero, es lo primero), pero a pesar de ello, durante el año nos ha acompañado en todas las salidas y en la distancia, ha estado con nosotros también en todo momento.

DÍA 1: Almazán - Bettaforca (2727m)

Tras un largo viaje de unas 14 horas y media llegamos a la Italiana estación de esquí de Stafal (1823m), donde preparamos las mochilas y cogimos el teleférico que nos subiría a Bettaforca (2727m) para descansar del viaje y dormir ya en altura con la intención de ir aclimatando.

Equipo al completo en Stafal (1823)
DÍA 2: Bettaforca (2727m) - Refugio Quintino Sella (3585m) - Castor (4228m)

Habiendo descansado estupendamente durante una fresquita noche, nos levantamos con las primeras luces del día para afrontar una intensa jornada de 1501m de desnivel positivo acumulado.

(Sergio y Dani M. desperezándose en la tienda)
Empezamos la marcha a lo largo de un claro sendero muy bien marcado, que a medida que íbamos subiendo, iba siendo más estrecho y expuesto hasta llegar al Refugio de Quintino Sella (3585m) donde la nieve ya iba a estar presente de forma permanente.

(Subida al Refugio Quintino Sella)
(Refugio Quintino Sella 3585m)

Afortunadamente, en el Refugio Quintino Sella existía una cocina libre con mesas donde pudimos dejar todas nuestras cosas (comida, sacos de dormir, tiendas de campaña...) y preparar una mochila de ataque ligera y con el material imprescindible para afrontar el que iba a ser nuestro primer pico de más de 4000 metros del viaje (Castor, 4228m).
De este modo, con una mochila menos pesada y con tiempo suficiente, nos dirigimos al Castor con el fin de intentar conquistar su cima haciendo dos cordadas equilibradas.

(Ascendiendo al Castor)
Poco a poco, las nubes quedaban por debajo de nosotros y podíamos disfrutar de las espectaculares vistas de Alpes y del camino que nos separaba del Castor.

(Parada obligada para descansar y tomar fotos)
Como suele ser habitual en montaña, la cima del Castor no llegaba nunca, ya que tras una cresta y una pequeña loma, venía otra y otra... pero nuestras fuerzas estaban intactas e íbamos muy bien de tiempo para por fin, llegar a lo alto de esos 4228m de altura del Castor.

(Cima del Castor 4228m)

Acto seguido bajamos al refugio del Quintino Sella donde parte del equipo decidió dormir en cama y el resto en la tienda de campaña que nos ofrecieron los del refugio, puesto que estaban haciendo propaganda de unas tiendas de campaña para grandes expediciones y les interesaba que la gente las probase y diese su opinión. A pesar de llevar nuestras tiendas "nos faltó tiempo" para aceptar y dormir en ese estupendo hotelito de tela amarilla sobre la nieve.

(Bajada del Castor)
(Tienda en la que dormimos en el Quintino Sella)

DÍA 3: Quintino Sella (3585m) - Lyskamm Occidental (4481m) - Chamonix

La jornada de este día iba a ser muy larga ya que íbamos a superar 896m de desnivel positivo para subir al Lyskamm occidental (4481m) y desde allí bajar a Bettaforca (2727m) para coger el teleférico y bajar al coche y ponernos rumbo a Chamonix.
Dicho y hecho, aprovechando el espectacular día que hacía nos pusimos manos a la obra e iniciamos la ascensión al segundo pico de más de 4000m del viaje.

(Carlos y Alfonso señalando el objetivo del día: Lyskamm Occidental 4481m)
La ascensión era bastante más dura y expuesta que el día anterior debido a que había bastantes aristas, pero gracias a las buenas condiciones climatológicas, las íbamos superando sin mayor problema.

(Ascendiendo al Lyskamm Occidental)

(Ascendiendo al Lyskamm occidental con el Cervino a la izquierda)
Durante la ascensión iba pensando en aquellas personas que normalmente te preguntan que por qué subimos montañas, que si es muy peligroso, son todas iguales...y simplemente levantaba la cabeza y veía todo lo que nos rodeaba y era IMPRESIONANTE Y PRECIOSO y de esa forma daba respuesta a todas esas preguntas (¡no saben lo que se pierden!).
Finalmente alcanzamos nuestra segunda cima de más de 4000m, el Lyskamm occidental (4478m) un montañón en toda regla desde el que se veían todos los Alpes: Punta Dufour, Piramide Vincent, Punta Gnifetti, Zumsteinspitze, Cervino, Mont Blanc...un auténtico ESPECTÁCULO.

(Cima del Lyskamm 4481m)

Tras deleitarnos con las vistas, iniciamos el descenso hasta Bettaforca 2727m, donde cogimos el teleférico que nos conduciría hasta la estación de esquí de Stafal donde sin perder ni un minuto nos pusimos rumbo a Chamonix atravesando en coche, uno de los más largos y famosos Túneles de Europa  "El Túnel del Mont Blanc" que sinceramente no se donde se saca la fama, porque tuvimos que esperar una par de horas en una larga cola para atravesarlo. Eso si, tras la cola, en un momento nos plantamos en la ciudad que es considerada como la cuna del alpinismo, Chamonix, donde descansamos en la Mansión de la Montaña de la intensa jornada.

DÍA 4: Chamonix - Refugio Tette Rousse 3167m

Con las primeras luces de la mañana nos levantamos en Chamonix y sin perder ni un momento consultamos la previsión meteorológica para planificar nuestro tercer pico de más de 4000m del viaje. 
Esta vez se trataba de un gran mazacote de casi 5000m que sobresale por encima de las demás montañas: el Mont Blanc 4810m. Las previsiones para el día siguiente no eran muy buenas, pero en los posteriores días las previsiones mejoraban y los claros iban a predominar, eso si con rachas de viento moderadas y a veces muy fuertes.

(Equipo al completo en Chamonix)

Conocida esta información, nos posicionarnos en la montaña lo antes posible para que cuando una ventana de buen tiempo nos permitiese atacar la cima, intentarlo. El punto escogido era el Refugio de Tette Rousse 3167m al que accedimos en primera instancia hasta el Nido del Águila (2412) usando un tren de cremallera y posteriormente andando superando un desnivel de 755m positivos.

(Subiendo en el tren de cremallera hasta El Nido de Águila 2412m)
(Imagen del refugio de Tette rousse 3167m mientras subíamos)
En Tette Rousse montamos nuestras tiendas cerca del refugio, cenamos bien y descansamos hasta conocer al día siguiente el parte del tiempo desde un lugar que nos permitiría atacar cumbre sin problema.

DÍA 5: Jornada de espera al buen tiempo en Tette Rousse 3167m

Nos despertamos deseosos de conocer un buen parte meteorológico, pero para nuestra sorpresa, nos levantamos de nuestras tiendas con un gran manto de nieve y bastante aire (daba pereza hasta salir a mear, y sino preguntadle a Carlos).



La previsión del tiempo indicaba que durante el transcurso del día las previsiones del tiempo mejorarían un poco y que para el día siguiente teníamos una ventana de buen tiempo hasta las 12:00 del medio día; luego empeoraría para posiblemente en los próximos días mejorar, pero en esta montaña pensar en más de un día en adelante es una lotería porque la previsión cambia de la noche a la mañana.



Con este panorama, decidimos pasar todo el día en el refugio diseñando un plan de ataque a nuestra preciada cima ya conquistada en años anteriores por Carlos, Sergio y Jose Luis. Las posibilidades que barajábamos eran varias, pero finalmente decidimos que íbamos a salir a las 3:00 de la mañana desde Tette Rousse 3167m para intentar hacer cima antes de que se metiese el mal tiempo de nuevo.

DÍA 6: Tette Rousse 3167m - Mont Blanc 4810m - Refugio de Gouter 3835m 

Este día iba a ser uno de los más exigentes de nuestro viaje, ya que deberíamos de superar los 1643m positivos que nos separaban de la cima del Mont Blanc. A pesar de ello, eso no era lo que más nos preocupaba puesto que la aclimatación en los días anteriores había sido perfecta y a nivel físico aún teníamos pilas para rato. Ahora, la última palabra la tenía la montaña y el tiempo para dejarnos pasar.
Siguiendo el plan acordado nos pusimos a las 3:00 de la mañana rumbo a la cima bajo u manto de estrellas y sin apenas viento. Desafortunadamente a los 300m de haber salido del refugio y poco antes del conocído paso de "La Bolera" una maldita piedra cayó de arriba y golpeó una de las piernas de nuestro compañero Alfonso (fue una lotería, nos podía haber pasado a cualquiera). En esos momentos, nos asustamos bastante pero vimos que Alfonso se podía poner de pie a pesar del intenso dolor (¡hay que ver que duros son los de Asturias!). Como estabamos muy cerquita del refugio, y tras valorar volvernos y ver que no había indicios de rotura alguna, Alfonso volvió por su propio pie andando al refugio, donde Dani M. le estaba esperando para que le curasen la herida en el Refugio.
Después del desafortunado incidente, continuamos la marcha con un nerviosismo extra en el cuerpo y pensando en nuestro compañero Alfonso en todo momento, sabiendo que estaba bien y que nos iba a estar apoyando desde Tette Rousse; ya que aún no siendo grave el golpe, hubiese sido una locura intentar hacer cima. 
Así quedando el grupo reducido a 5 personas, alcanzamos en 1 hora y 50 minutos el refugio de Gouter a 3835m de altura.

(Nuevo refugio de Gouter 3835m)
- Foto tomada al día siguiente, porque cuando subimos era de noche -
En Gouter paramos un rato a reponer fuerzas y acto seguido continuamos la marcha viendo que por delante, había varias cordadas que subían y otras que bajaban como consecuencia de las rachas de fuerte viento. Con una de esas cordadas estuve hablando y el guía que iba con ellos, me comentó que el día era perfecto para subir a cima aunque había que tener cuidado en las aristas. Él, se había dado la vuelta puesto que sus clientes no estaban bien físicamente y tenían miedo a las aristas (el Mont Blanc no es subir al Urbión o Moncayo). Con esta información continuamos la marcha abriendo en muchas ocasiones la huella que era borrada por la ventisca.

(Abrigo Vallot 4367m y Mont Blanc 4810m al fondo)
El manto de estrellas fue dejando poco a poco paso a un magnífico día soleado, eso si con muchísimo frío y rachas de aire moderadas y en ocasiones fuertes acompañadas de ventisca que hacían nuestra marcha más y más dura. A pesar de ello las vistas eran espectaculares y ya estábamos cerquita del Abrigo Vallot 4367m y podíamos ver nuestro objetivo. En el Abrigo Vallot, paramos a calentarnos un poquito y recuperar fuerzas para afrontar el último tramo de la ascensión, que iba a ser muy exigente como consecuencia del viento.

(Una de las últimas aristas antes de la cima)
(Progresando por la arista cercana a la cima)
El cansancio empezaba a aparecer a causa del esfuerzo realizado, la ventisca y la altitud, pero el ritmo era constante y con decisión puesto que la cima estaba muy cerquita.
Finalmente, tras 7 horas y después de superar varias aristas ¡ALCANZAMOS LA CIMA DEL MONT BLANC!,  momento en el que nuestros ojos se llenaron de lágrimas por el esfuerzo realizado, la emoción y alegría por alcanzar la cima y sobre todo por el sentimiento y respeto que nos proporcionan montañas como esta.
En la cima nos acordamos de nuestros familiares, amigos y gente que nos quiere y sobre todo de Alfonso, que lamentablemente no pudo acompañarnos hasta lo alto de este gran coloso. Pero puede estar tranquilo porque el Mont Blanc no tiene piernas y siempre va a estar ahí para volver y disfrutar de él.

(Cima del Mont Blanc 4810m)
Una vez conquistada la cima, la idea era bajar hasta Tette Rousse 3167m y juntarnos  con Alfonso y Dani; pero las previsiones del tiempo no fallaron  y tuvimos que pasar la noche en Gouter a esperar el buen tiempo del día siguiente para bajar a Tette Rousse.

(Bajando a Gouter donde pasamos la noche)
DÍA 7: Refugio de Gouter 3835m-Tette Rousse 3167m- Chamonix

Nos levantamos en Gouter descansados y satisfechos por la hazaña conseguida, dispuestos a bajar a Tette Rousse para juntarnos con nuestros dos compañeros que estaban abajo.

(Bajada desde Gouter a Tette Rousse con el paso de la bolera abajo a la derecha)
La bajada fue muy tranquila y las condiciones eran inmejorables para ello, ya que había estado nevando toda la noche y las piedras estaban bien sujetas, además el cielo estaba despejado y no hacía viento.

(Bajando desde Gouter)
Finalmente llegamos a Tette Rousse y nos juntamos con Dani M. y con Alfonso. Este último tenía la pierna un poco hinchada del golpe, pero podía andar en llano. A pesar de poder andar, consideramos oportuno llamar al helicóptero de rescate para que lo bajasen de Tette Rousse porque la bajada está llena de piedras y el terreno es inestable, además de tener que cargar con el peso de las mochilas y tiendas de campaña. Los responsables del refugio nos dijeron también que era lo más sensato y adecuado y nos gestionaron la llamada. De este modo en cosa de 10 minutos el helicóptero vino y bajó a nuestro compañero al hospital para hacerle una adecuada revisión y descartar cualquier tipo de fisura.

(Momento en el que el helicóptero vino a recoger a nuestro compañero Alfonso)
Sabiendo que nuestro compañero estaba en buenas manos iniciamos el descenso desde Tette Rousse. Una vez en el coche fuimos al hospital a recoger Alfonso donde le habían hecho una radiografía descartando cualquier tipo de fractura. Simplemente se trataba de un fuerte golpe con una leve herida acompañado de un hinchazón que con reposo, hielo, trombocid y paracetamol si tenía dolor, en unos días estaría como nuevo.
Y así acaba nuestra aventura de este año en Alpes, llena de experiencias y sobre todo disfrutando del deporte, la montaña y la amistad que nos une. Sin dudarlo VOLVEREMOS AL PRÓXIMO AÑO.